La historia de la regeneración para Lush

Todo empezó con una pregunta: ¿Y si la sostenibilidad no fuera suficiente?

Eso es lo que se me vino a la mente cuando regresé al Reino Unido, después de visitar Sumatra, Indonesia. Allí pude ver el impacto del aceite de palma, una planta no nativa que se usa para todo: desde los dulces hasta la gasolina. Un árbol milagroso, si no fuera porque para plantarlo hay que arrasar el bosque virgen.

En Singapur asistí a una conferencia que celebró la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés), una organización que agrupa empresas y asociaciones sin ánimo de lucro que debaten sobre cómo hacer la palma sostenible y me sentí completamente decepcionado.

He visto con mis propios ojos el impacto que tiene esta palmera sobre el paisaje, la inconcebible cantidad de tierra que se erosiona y se quema para plantar hileras ordenadas de palma, que sustituyen a la selva nativa, donde antes había especies raras de aves, como los cálaos; también, los árboles más biodiversos del planeta, que ahora han desaparecido y con ellos, los elefantes y rinocerontes salvajes que buscaban comida debajo; así como los orangutanes, que ya no saltan de rama en rama. Los cultivos de palma de un solo uso ocupan ahora este paisaje.

Si a ese panorama se le podía llamar “sostenible” entonces estaba claro que lo íbamos a perder todo. Así que algo empezó a crecer en mi mente.

Por supuesto, es fácil tomar esa postura desde un país, una industria y un punto de vista privilegiados. Por eso, y casi de inmediato, comencé a escuchar los desplantes: «Pero eres del Reino Unido, allí cortáis los bosques para vuestro propio beneficio y ahora nos estáis impidiendo hacer lo mismo» o «trabajas en un negocio, sabes que no es tan simple, necesitamos ganar dinero”.

Durante algún tiempo, estos comentarios me paralizaban: ¿Quién era yo para juzgar las acciones de otros y su forma de vida? O, como papá (Mark Constantine, cofundador de Lush) siempre dice: “Nunca rompas el bol de arroz de otra persona”, así que decidí entender la situación lo mejor posible y aprender sobre la marcha.

No sabría decir con qué experiencia he aprendido más. Puede que haya sido el hecho de conocer a las personas que viven en el abrasador Sahara, en el norte de Ghana o en el sur de Marruecos, debido al cambio climático; presenciar la tala ilegal de árboles en la Amazonía peruana; o escuchar el impacto que tiene la colonización en las personas indígenas de Australia y Canadá. Una lista que sigue y sigue.

Un buen día conocí a un amigo que lo cambió todo, Paulo Mellett. Llegó a la empresa a través del amor y la pasión, y aquí conoció a la que pronto se convertiría en su esposa, Ruth. Con algunas cicatrices de guerra, acababa de salir del campamento de guerreros ecológicos, donde Greenpeace lo había entrenado para escalar centrales eléctricas de carbón.

En la cima de su carrera como activista, Paulo apareció en la portada de un periódico nacional, ondeando una bandera sobre las Casas del Parlamento de Londres. Era una persona carismática por naturaleza (tal y como lo imaginas) y tenía un gancho que no lo tenía nadie.

Paulo fue bastante claro sobre una cosa: el activismo nunca iba a cambiar el mundo sin un factor clave y, para explicarlo, citó a Buckminster Fuller: «Para hacer que el sistema se quede obsoleto, hay que reemplazarlo por uno nuevo».

A partir de ahí, dejó las acciones directas y se centró en construir soluciones, en vez de luchar contra los problemas.

Paulo se enfocó entonces en la permacultura, un movimiento que nació en 1970, década en la que se produjo el despertar de la conciencia ecológica mundial. Dos australianos decidieron fusionar sus conocimientos con el saber local, la ciencia moderna y la agricultura para crear una ciencia llamada agricultura permanente.

La permacultura ha sufrido muchas reinvenciones, pero en el fondo se trata de un manual de diseño que explica cómo aprovechar el poder y los patrones de la naturaleza en beneficio de la agricultura; así, es posible conseguir un uso mucho más sensato de los recursos de la Tierra. Esta ciencia que fue una unión de lo antiguo y lo moderno, nació con la observación. Así es como me lo vendió Paulo, con quien me embarqué en un viaje de descubrimiento poco después; solía llamarme su facilitador.

Juntos reunimos una pequeña cantidad de dinero para poder buscar y financiar a aquellos que querían vivir con la naturaleza, y no solo de ella. El proyecto era idealista y los primeros años fueron emocionantes, ya que creamos el fondo Sustainable Lush (SLush). Sin embargo, una vez más, habíamos caído en la trampa de usar el término «sostenibilidad», cuando en realidad asistíamos a la restauración y regeneración de los sistemas ecológicos y sociales, lo que se traducía en una mayor prosperidad para todos. Satish Kumar, ecologista y editor de la revista Resurgence, solía describir la regeneración como:

Un juego armónico de “tierra, alma y sociedad” (Soil, Soul and Society), que se entrelazan para crear un futuro equilibrado.

Mientras Paulo y yo continuábamos explorando SLush, comprobé de primera mano que con el uso adecuado de la tierra, incluso los ríos al borde de la sequía pueden recuperarse, solo hay que plantar, de forma cuidadosa, árboles nativos (que estabilizan las riberas y ralentizan la liberación de agua a las corrientes). También vi que plantando cultivos de manera que se respete la naturaleza, te beneficias de lo mismo que hace un bosque; y, más allá de conseguir temperaturas y precipitaciones uniformes, estás poniendo los cimientos de la fertilidad y la biodiversidad.

He visto bosques que producen más alimento que una cosecha solitaria cocinándose bajo el sol. Por supuesto, todo fue un proyecto experimental y no todo lo que Paulo y yo esperábamos que pasase se hizo (o se ha hecho) realidad, pero esto era nuestra razón de ser y lo sigue siendo, el soplo de inspiración que nos llevó a buscar más allá de la sostenibilidad, que fluye a través de los esfuerzos de los demás y que nos acercó a nuestro objetivo final: convertirnos en una empresa que intenta hacer del mundo un sitio mejor.

La ilusión de Paulo se truncó en Ghana, donde enfermó de malaria cuando experimentaba con terraplenes y presas, y cinco meses después murió en Brasil por complicaciones. Sin embargo, sus lecciones no se han quedado solo en eso; aunque idealistas, la mayoría se ha hecho (o se harán) realidad.

Lo más difícil de conseguir en el siglo XXI es una sociedad que no requiera la destrucción total del mundo a su alrededor para sustentarse. Hemos visto muchos proyectos que proporcionan ingresos económicos, medios de vida y un beneficio continuo a las personas y al ecosistema.

Cuando Paulo y yo conocimos a Gregory Landua, de Terra Genesis International (un equipo de asesores en permacultura), en San Francisco, nos dijo que había un nuevo término que definía bien de lo que hablábamos: “regeneración”. El concepto encajaba muy bien en la pregunta que rondaba nuestras cabezas: ¿es suficiente la sostenibilidad? Así que empezamos a usarlo para ampliar el concepto de permacultura, con el que la gente se sentía confundida o desorientada.

A partir de este punto, empezamos a pensar en cómo podíamos llevar el proyecto más allá del grupo de personas al que apoyábamos, para que pasase a toda la estructura comercial y tuviera así un mayor alcance.

Está claro que se trata de un proceso que avanza poco a poco. Sin embargo, el año pasado nuestros clientes compraron 100 hectáreas de plantación de palma en Sumatra, que ya han sido taladas. El proceso de restauración forestal ha comenzado en el 50% de la tierra, mientras que el otro 50% se destinará a la agrosilvicultura. En esta mitad se plantarán árboles y plantas de frutos comestibles, que actuarán como una forma más biodiversa de cultivar alimentos y generar ingresos para los agricultores que, engañados, se mudaron desde islas y pueblos vecinos para enriquecerse con el aceite de palma. Creo que este era el modelo que describió Paulo, para revivir los ecosistemas y sustentar a las personas en la próxima generación, la regeneración.

Ser sostenible, sostener, sugiere que la vida continúa a pesar de nosotros y nuestras acciones, pero regenerar ya es un marco de pensamiento totalmente nuevo. La regeneración significa que la vida prospera gracias a nosotros y con nosotros. Está la opción de forzar la situación para ir más allá de los patrones naturales y los límites de la vida hasta que, como los astronautas, que se quedan a la deriva en el espacio, sea demasiado tarde para salvarnos. O, existe una alternativa que es volver a abrirnos paso dentro de los límites para utilizar soluciones equilibradas y pragmáticas que permitan que la vida prospere.

Este es un problema de diseño y no de naturaleza humana. Hemos creado una sociedad desde nuestra imaginación e ingenio. Sin embargo, esa imaginación estaba mal informada y limitada. Ahora necesitamos una ‘actualización del sistema’, pero una importante, que permita los cambios necesarios y la regeneración puede jugar un papel fundamental en todo esto.

Me gusta imaginar un mundo en que las industrias surgen para limpiar los ríos y océanos, plantan bosques y nos permiten vivir en armonía con el mundo. Para mí lo demás no tiene sentido.

¿Es una idea utópica? Sí ¿deberíamos luchar por conseguirla de todas formas? Probablemente sí, porque… ¿Por qué no?

El Premio Lush Spring, organizado por Lush y la cooperativa Ethical Consumer Research Association, ofrece una dotación económica de 200.000 libras y otras actividades de apoyo, para ayudar a proyectos de todo el mundo que luchan por conseguir la regeneración ambiental y social.

Lo más difícil de conseguir en el siglo XXI es una sociedad que no requiera la destrucción total del mundo a su alrededor para sustentarse.

¡Ayúdanos, #SalvaRalph!

Humane Society International hizo el lanzamiento oficial del tan bullado cortometraje  «SAVE RALPH» con la ayuda de famosos artistas de Hollywood, que dieron a conocer el relato de Ralph el conejo, quien nos muestra lo que es un día en la vida al interior del laboratorio de pruebas.

La campaña #SalvaRalph busca terminar con estas crueles prácticas, abordando la experimentación cosmética desde el punto de vista de uno de estos conejos, así como Ralph existen muchos otros animales, que sufren en laboratorios mundialmente con prácticas que al día de hoy se encuentran obsoletas. El cortometraje busca prohibir la experimentación animal, lo que podrá lograr con la firma de la petición por parte de los espectadores. (Si quieres ser parte de esta linda campaña de HSI Global salva a Ralph firmando digitalmente aquí) HSI lidera de manera simultánea la lucha en esta materia por medio de esfuerzos legislativos en 16 países y regiones, incluidos Brasil, Canadá, Chile, México, Sudeste de Asia, Sudáfrica y Estados Unidos para que los consumidores puedan comprar productos de belleza y cuidado personal en cualquier parte del mundo, con la seguridad de que no sólo no fueron probados en animales sino que también la compra de los mismos no financia dichas pruebas de laboratorio. 

Únete a esta causa que nos involucra y en la que creemos firmemente, firma la petición para prohibir la experimentación con animales en Chile aquí.

Si quieres saber más sobre nuestra política Cruelty Free pincha aquí. #FightingAnimalTesting #SalvaRalph

 

Testeado en animales: nuestra política

Para la elaboración de nuestros productos frescos hechos a mano solamente compramos materias primas a empresas que no experimenten con animales, ni pretendan hacerlo en un futuro.

No nos fijamos solamente en el material que adquirimos, sino en todo el comportamiento de la empresa a la hora de realizar sus ensayos. Esto significa que, aunque una empresa ofrezca algún material no sometido a ensayos pero encargue o lleve a cabo ensayos con animales por cualquier otra razón, no compraremos sus productos.

También consultamos la estructura corporativa de la empresa para ver si tiene vínculos financieros con otras que lleven a cabo o encarguen ensayos en animales.

Con esta política, podemos estar seguros de que los beneficios obtenidos por nuestros proveedores de materias primas no revierten en ensayos con animales. Esto significa que no trabajamos con empresas cuya postura ética sea contraria a la nuestra.

La creación de Lush se ha basado en esta política desde el primer día y creemos que así demostramos que es posible inventar, producir y comercializar toda una gama de productos sin pasar por la experimentación con animales. Nuestros fundadores lanzaron esta política en junio de 1993, cuando aún trabajaban en su anterior empresa, Cosmetics To Go. Así, cuando fundaron Lush en 1995, lo hicieron bajo esta misma política Cruelty Free, que ha pervivido hasta la actualidad.

¿Qué significó la legislación REACH (registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias y químicas) para la política de LUSH?

REACH es un nuevo reglamento de la Comunidad Europea relativo a las sustancias químicas y su uso seguro (CE 1907/2006). Sus siglas (en inglés) se refieren al registro, evaluación, autorización y restricción de sustancias químicas. El objetivo de REACH es mejorar la protección de la salud humana y el medio ambiente a través de la mejora y la identificación temprana de los riesgos que las sustancias químicas suponen para la naturaleza.
A diferencia de las regulaciones previas, REACH elimina todas las tareas y las responsabilidades de las autoridades competentes y las transfiere a la industria. Introdujo procedimientos uniformes y requisitos de testado de todas las sustancias.

REACH trata de evaluar la seguridad de las sustancias químicas para la salud humana y el medio ambiente, por lo que describe los testados que se deben llevar a cabo para ver el impacto que tienen. Los testados utilizados para evaluar la seguridad de las sustancias químicas se llaman pruebas de toxicidad, y normalmente suponen el envenenamiento de conejillos de Indias, conejos, pájaros, peces, ratas y ratones, a pesar de que actualmente existen alternativas no animales.

La nueva legislación REACH sobre sustancias químicas nos afecta mucho más que a otras políticas sin crueldad: mientras que antes era posible cumplir todos los rigurosos requisitos legales de seguridad sin ninguna crueldad, esta nueva legislación hace que nuestros proveedores corran el riesgo de verse involucrados en testados realizados por terceros. La nueva legislación REACH sobre sustancias químicas afecta a nuestra política. Tal y como ya hemos indicado, nuestros proveedores no pueden estar involucrados en testados en animales ni encargarlos a otros proveedores o fabricantes que estén involucrados en testeo animal, los empleen o los encarguen, sea cual sea la razón. No obstante, tras la introducción de REACH, hemos tenido que hacer una excepción inevitable en nuestra política: si un proveedor se ve involucrado en testados en animales debido a los requisitos ineludibles de la legislación REACH, tenemos que «aceptarlo». A pesar de que reconocemos la excepción inevitable de esta legislación, LUSH continúa animando a sus proveedores que tienen que realizar testados por seguridad, a utilizar métodos de testado alternativos y a financiar el desarrollo de otros métodos sin animales. También buscamos la manera de cambiar el origen o la fórmula de un producto para eliminar cualquier ingrediente que pase a testarse en animales.

Lush hace hincapié en esto y trabaja para que algún día dejen de realizarse ensayos en animales y éstos se encuentren protegidos por la legislación en todo el mundo.

Dificultades / otras políticas de ensayos

Ninguna otra empresa sigue esta política. Esto supone que, a menudo, no se nos incluye entre las empresas que quieren erradicar la crueldad simplemente porque las organizaciones que realizan las listas:

  • No entienden nuestra política
  • No cuentan con una casilla donde meternos, por lo que tendrían que crearnos una sección a medida, ya que nuestra política supera sus estándares
  • Solamente incluyen en sus listas empresas que se amoldan a su esquema
  • A lo mejor simplemente no están de acuerdo con nuestra forma de resolver el problema, ¿quién sabe?

No obstante, muchas organizaciones para la protección de los animales sí ven la solidez de la política de Lush y se enorgullecen de incluirnos en sus listas como empresa sin crueldad, aunque no nos encontremos en la misma categoría que sus otros estándares.

Es difícil seguir nuestra política, que implica que tenemos un abanico de proveedores menor que el de otras empresas.

¿Cómo pone en práctica Lush la política de ensayos sin animales?

Tal y como hemos dicho, Lush no realizará ninguna compra a empresas que lleven a cabo o encarguen ensayos con animales bajo ningún concepto (con la inevitable excepción de la legislación REACH). Para asegurarnos de que los proveedores cumplen nuestras normas, cada año llevamos a cabo una revisión de los ensayos sin animales de todos nuestros proveedores.

Cada año enviamos la declaración de no experimentación con animales a nuestros proveedores por correo electrónico.

El proveedor cuenta con un mes para rellenarla y devolvérnosla.

Si no nos devuelven la declaración rellenada (incluso después del tiempo otorgado al proveedor para responder cualquier pregunta) y firmada o si falta información, el proveedor se clasificará como «no autorizado» y tendremos que obtener el ingrediente de otro proveedor que sí cumpla los requisitos.

En caso de que un proveedor o material sea clasificado como «no autorizado», se añadirá al «registro de materiales no conformes» que al final de la revisión, se redacta un informe, la «lista negra» interna se actualiza y se envía a las personas adecuadas de la empresa.

Todos los países en los que se fabrican los productos de Lush y que compran sus propios materiales deben llevar a cabo una revisión anual de los ensayos sin animales. Las instalaciones de producción de Lush en Australia, Canadá, Croacia y Japón envían su informe al Reino Unido, donde se distribuye entre las personas adecuadas.

Todos los años, un auditor independiente lleva a cabo una auditoría de los registros de Lush.

También se buscan los materiales que se hayan sometido a ensayos de REACH, y se intentan cambiar cuando es posible.

LUSH no realiza ensayos en animales, no utiliza materiales que contengan derivados animales que no sean adecuados para vegetarianos y solamente compra materias primas de productores que no realicen o encarguen ensayos con animales.

También establecemos una fecha límite para cada uno de los ingredientes, que no deben haber sido ensayados por el fabricante o en tu nombre como proveedor después del 1 de junio de 2007.

Para que podamos autorizar a los proveedores, deben rellenar y firmar la declaración de no experimentación con animales de Lush. Dado que se trata de un compromiso continuo, deben renovar la declaración todos los años. Además la declaración aparece como condición escrita en cada pedido que se hace a los proveedores.

Si nuestro proveedor forma parte de un grupo de empresas, deberán ser económicamente independientes de cualquier grupo que lleve a cabo o encargue ensayos con animales.

Nuestro objetivo es evitar que nuestro dinero se utilice en ensayos con animales, ya que estamos convencidos de que se trata de una actividad cruel e ineficaz a la hora de establecer la seguridad.

Nuestros distribuidores y proveedores de materias primas deberán confirmar que no llevan a cabo ni encargan ensayos con animales bajo ningún concepto. A su vez, si compramos directamente en origen o al fabricante, también deberán confirmar que no llevan a cabo ni encargan ensayos con animales bajo ningún concepto.

Les pedimos que confirmen si se han llevado a cabo ensayos en algún momento, cuándo decidió la empresa comprometerse a no volver a realizarlos y, si se han llevado a cabo para REACH, por qué, cuándo y para qué.

No sólo nos fiamos de que los proveedores rellenen y firmen nuestra declaración, también investigamos cada compañía. Comprobamos los materiales que venden, quién es el propietario, con qué otras empresas están relacionadas, etc. También verificamos si registran o venden sus productos en otros mercados que requieran ensayos con animales por ley, etc.

Tal y como ya hemos indicado, nuestros proveedores no pueden estar involucrados en ensayos con animales ni encargarlos bajo ningún concepto a otros proveedores o fabricantes que estén involucrados en ensayos en animales los empleen o los encarguen, sea cual sea la razón (con la inevitable excepción de cumplir con los requisitos de la legislación REACH).

Al firmar la declaración, nuestros proveedores confirman que, en caso de que la información que proporcionan en la declaración cambie, se lo comunicarán al equipo de compras de LUSH inmediatamente.

Descubre cómo se creó la gama de cuidado afro

Lush ha estado creando productos capilares innovadores desde que comenzó sus andanzas con la empresa Cosmetics To Go. Desde el shampoo sólido hasta los tratamientos capilares sólidos, las invenciones de Lush siempre han ido un paso por delante en la industria de la cosmética. Pero todavía faltaba algo: una rutina capilar completa para cabellos afro. Yo misma, que trabajo en Lush desde hace años, no terminaba de encontrar suficientes productos que pudieran satisfacer mis necesidades.

Entra en escena Sarah Sango, que tiene 19 años de experiencia y que tuvo unos comienzos modestos. Después de empezar a hacer tés y cafés en su primer trabajo en un salón en Brixton (Londres), Sarah se formó como peluquera y obtuvo varios títulos para el cuidado del cabello afro en mitad de su maternidad. Con el tiempo, construyó una base de clientes y creó su propia marca. Antes de que se diera cuenta, estaba recorriendo las Semanas de la Moda y tomando la delantera en la peluquería afro.

«Muchas de las modelos negras se sorprendieron al ver que había una profesional para peinarlas. Están acostumbradas a que les digan que se arreglen el pelo ellas mismas o a que simplemente les rocíen el cabello con algún spray. Estar allí fue satisfactorio, pero también fue bastante molesto comprobar que no les ofrecían el mismo tiempo que a las modelos blancas», explica Sango.

Sarah también es mi prima. Recuerdo que cuando éramos pequeñas quedábamos, junto a su hermana Renée, para arreglarnos el cabello y hacernos unas trenzas los domingos. Así, nuestro pelo estaba listo para el resto de la semana escolar. Estos peinados nos llevaban todo el día y Sarah lloraba y batallaba con su madre durante todo el proceso. Y así era como los lunes por la tarde volvía a casa sin las trenzas: «Solía ver a las niñas blancas corriendo por el patio con el pelo al viento y quería que el mío también lo hiciera», dice Sarah. Como habrás podido adivinar, este comportamiento solía meterla en problemas.

Muchos años después, me encontré con Sarah en Brixton por casualidad y descubrí que era peluquera. ¡Qué suerte la mía! Me había pasado mucho tiempo descuidando mi pelo y quería un cambio. Fui a su peluquería para hacerme un tratamiento, cortarme el pelo y alisármelo. Ahora me tocaba a mí dejar mi pelo al viento. Todo esto mientras nos poníamos al día. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que crecimos en una época en la que lucir nuestro pelo en su forma natural no estaba bien visto. Incluso al final de la adolescencia y al principio de la veintena, elegíamos alisarlo en un intento de parecer “más profesionales” y vernos “más guapas”.

Desde ese día, solo he dejado que me peine Sarah. Y hemos experimentado un montón: he llevado flequillo; he lucido un tinte azul intenso y reflejos rubios; y le he permitido que le diera un buen corte a mi cabello. A lo largo de los años hemos creado lazos afectivos muy fuertes, y ella me ha apoyado en muchas de mis declaraciones de intenciones más valientes. También a lo largo de estos años nos hemos decidido a dejar nuestro cabello crecer de forma natural, ¡y a celebrarlo!

En 2018, Lush contactó con Sarah en su búsqueda de una peluquera afro experimentada. La marca estaba creando el Hair Lab, un laboratorio dedicado al cabello y necesitaba una profesional innovadora para unirse a esta nueva aventura. Sarah se reunió con el inventor de productos Daniel Campbell y rápidamente quedó claro que había nacido una colaboración duradera. Así es como la experta se unió al equipo como consultora de Cabello Afro de Lush y se puso manos a la obra. Por supuesto, se tomó su papel muy en serio: «Soy capaz de aportar mi experiencia, crear un producto, y aportar el conocimiento que tengo sobre la cultura que hay detrás del cabello afro: cómo lo cuidamos y lo que significa para nosotras».

Así que, después de explorar y probar los productos que Lush ya tenía en sus estanterías, Sarah pudo entrar en el laboratorio con Daniel y decirle lo que faltaba: «Creo que dondequiera que vayas, debería haber productos disponibles para el cabello afro», defiende antes de añadir: «Es mi objetivo y mi responsabilidad asegurarme de que todas las personas puedan encontrar productos adecuados para ellas cuando vengan a Lush. No soy científica y no estoy realmente familiarizada con las fórmulas. Pero conozco los elementos e ingredientes esenciales que un producto necesita para cuidar el cabello afro».

Y así lo hizo.

Viendo los beneficios que el popular producto Avocado Co-Wash ya tenía para el cabello afro -con aguacate fresco rico en vitaminas y manteca de cacao hidratante-, Sarah pensó que lo ideal era crear una nueva versión libre de sulfatos: «Las magníficas infusiones de romero, lavanda y ortiga aseguran que el cabello y el cuero cabelludo sigan estando completamente limpios sin eliminar la hidratación natural del cabello afro».

Glory – antes conocido como J’s Mom’s Okra – contiene gel de okra, crema de coco, y aceite de ricino, que se combinan para hidratar en profundidad: «Tienes que tener cuidado al manejar el cabello afro, es muy delicado. Glory permite peinar el cabello de forma fácil sin riesgo de dañarlo”.

Power, que se lanzó como Hair Necessities, es genial para los cabellos tratados químicamente. Gracias al boniato, repleto de biotina, y al aceite de almendras, que aporta brillo, proteges el pelo tanto si lo alisas como si experimentas con la decoloración y el color: «Está lleno de proteínas que ayudan a reconstruir la estructura capilar, así que si has decidido tratar tu pelo químicamente, Power llevará ese elemento reparador a tu rutina”, explica Sarah.

Luego vienen los productos para el peinado capilar. Como el método LOC es una rutina básica para muchas personas con cabello afro, Sarah quería crear un trío de productos que pudiera ser utilizado por separado o combinado, tal y como explica: «El método L.O.C. -que son las siglas en inglés de líquido, aceite y crema- se utiliza para hidratar en profundidad y conseguir un pelo sano. Después de lavar el cabello, se aplica un producto líquido sin aclarado a base de agua. Después, se fija la hidratación con aceite y, por último, se utiliza una crema para definir y sellar”.

El spray acondicionador Super Milk se puede usar como primer paso del método LOC. Las leches de almendra, coco y avena proporcionan una profunda hidratación; mientras que el aceite de oliva virgen extra ayuda a fortalecer cada mechón. «Super Milk» es el primer ideal. Por sí solo, es un gran desenredante que protege el cabello del calor, y también lo prepara para cualquier otro producto que quieras usar», afirma la experta capilar.

Renee’s Shea Souffle, que se puede usar como segundo paso, ocupa un lugar especial en el corazón de Sarah. Este aceite para el cabello y el cuero cabelludo lleva el nombre de su hermana, ya que la fórmula está inspirada en una de sus recetas. Este producto es ligero, versátil y muy hidratante, gracias a la combinación de manteca de karité de comercio justo; aceites virgen extra de coco y ricino; y otros ingredientes acondicionadores.

Después de encontrar una receta en internet, Renée mezcló un poco de manteca de karité -que una amiga suya le trajo de Ghana- con aceites esenciales y creó un bálsamo para el cabello que compartió con amigos y familiares. Sarah lo usó en el cabello de sus hijos y le encantó que estuviera inspirado en la comunidad negra.

«Cuando llegué a Lush, instantáneamente pensé: ‘¡Lush necesita algo así!’ Quería usar la base de la receta de mi hermana porque, además de ser beneficiosa para el cabello, es genial para las raíces también. Y así fue como le pusimos el nombre de Renée. Tengo un hijo y dos hijas con texturas de cabello muy diferentes y funciona muy bien en todas ellas. Quiero que otras familias tengan un producto como este», pensó Sarah.

Y finalmente, está  Curl Power, un producto al que yo le puse el nombre. Sarah creó esta crema para todas aquellas personas que querían lucir su cabello de forma natural. La manteca de cacao y la melaza, ingredientes profundamente hidratantes, se unen al gel de linaza para aportar al pelo todo lo que necesita, incluido un montón de brillo.

«La sociedad y los medios de comunicación le dicen constantemente a la gente negra que su cabello en su estado natural no es lo suficientemente bonito o lo suficientemente profesional. Curl Power es el producto de acabado definitivo para cualquiera que se sienta con el poder de llevar su cabello tal y como es. Sin calor y sin químicos, simplemente en su forma natural», defiende Sarah.

Y esto no acaba aquí. Sarah continúa probando fórmulas secretas con la esperanza de hacer crecer la gama de cuidado afro. Puedes seguir sus andanzas en Instagram, donde también comparte un montón de información y consejos sobre cómo utilizar los productos de esta nueva gama.

 

Artículo escrito por Milla Alexander

Descubre todos los beneficios del co-wash para tu pelo

¿Qué es el co-wash?

Muchos shampoos están formulados para incluir sulfatos, que limpian el cabello a fondo, pero pueden eliminar los aceites naturales y la hidratación de las fibras capilares, dejándolas secas y propensas a romperse. Los cabellos afro y rizados pueden tardar días, e incluso semanas, en conseguir la hidratación que necesitan a través de rutinas como el método LOC (por sus siglas en inglés, líquido, aceite y crema). Estos beneficios pueden desaparecer fácilmente al usar shampoo de alta detergencia. El co-wash permite que el cabello mantenga sus niveles naturales de hidratación, aumentando así su resistencia. ¡También es una gran opción para las barbas!

Sarah Sango, especialista de Lush en cabello afro, explica que el co-wash es una alternativa ideal al shampoo para las melenas porosas y aquellas que pierden la humedad rápidamente. «Co-wash, o co-lavado, significa lavar el pelo con acondicionador en lugar de shampoo. Cuando vi por primera vez la gama de productos capilares de Lush, quería un co-wash que creara una espuma cremosa al instante; que pudiera distribuirse uniformemente por el pelo; y que no tuviera SLS. Quería tener la sensación de que conseguía una limpieza profunda con mi shampoo, pero sin sentir que mi pelo perdía la hidratación. Es importante que exista un equilibrio entre la hidratación y la limpieza», opina la experta.

 

Nuestros Co-Washes

Ahí es donde entran en juego nuestros Co-Washes. Esta sólida apuesta, recientemente renovada, proporciona a los rizos y cabellos afro un lavado suave sin SLS. En la lista de ingredientes encontrarás Sodium Cocoyl Isethionate, una alternativa a los sulfatos derivada del aceite de coco que está recomendada hasta para bebés, ya que es un surfactante que tiene una menor detergencia y que está indicado para el cabello frágil. Cuando tu cabello está dañado por el calor o químicamente procesado, usar un shampoo con sulfatos puede resecarlo más, dejándolo vulnerable a seguir estropeándose. El SCI ayuda a hacer esta limpieza gentilmente sin quitarle los aceites naturales a tu cabello.

Las mantecas orgánicas de cacao y cupuacú de Avocado se combinan con palta fresca para acondicionar e hidratar el cabello en profundidad; mientras que la infusión de romero, lavanda y ortiga alivia el cuero cabelludo. Para una limpieza enzimática y frutal, Mango usa pulpa fresca de mango y manteca de semilla de mango para iluminar y nutrir, refrescando el cabello y dejándolo brillante.

Si lo que buscas es suavizar, la crema de coco concentrada de Coconut desenreda y acondiciona dejando un dulce aroma. Además, el aceite de semilla de cilantro posee propiedades antibacteriales y estimulantes, ayudando a mantener fresco el cuero cabelludo. Para una limpieza más fortalecedora, Banana tiene aquafaba y proteína hidrolizada de trigo, aportando proteínas para favorecer el crecimiento y dejando un pelo sano con la deliciosa fragancia de la vainilla y el plátano fresco.

 

Entonces, ¿cómo utilizo el co-wash?

Primero, mójate el pelo y masajea tu co-wash en el cuero cabelludo. Después, haz espuma entre las manos húmedas y extiéndela en los medios y puntas. Para acabar, masajea la raíz con la yema de los dedos antes de enjuagar bien. El co-wash, junto a la fricción del masaje, ayudará a eliminar la suciedad y los residuos sin deshacerse de los aceites naturales del cabello.

A continuación, utiliza tu acondicionador (recomendamos Power o Glory para el cabello rizado o afro) como de costumbre, usando los dedos o un peine de dientes anchos para eliminar cuidadosamente los enredos y repartir el producto a lo largo del cabello. Si crees que tu melena necesita un poco más de hidratación, puedes dejar actuar el acondicionador durante 20 minutos, utilizando un gorro de ducha para retener el calor. Finaliza enjuagando bien el pelo.

Dependiendo de los productos de fijación que uses, y de la frecuencia con la que uses el co-wash, puede que se acumule producto en el pelo y la raíz. En este caso, es aconsejable limpiar el cabello con un shampoo como Fairly Traded Honey cada pocos lavados, según sea necesario (por lo general cada tres semanas).

Así que, ahora que sabes lo que es, ¿por qué no intentas introducir el co-wash en tu rutina capilar?

Descubre la completa gama de cuidado del cabello rizado y afro aquí.