Descubre los nuevos productos para pelo afro de Lush: una gama creada por la consultora de pelo afro, Sarah Sango, que cubre desde la definición de los rizos hasta el mantenimiento del cuero cabelludo. Antes del lanzamiento, la redactora Milla Alexander charló con Sarah sobre la gama, su viaje al Hair Lab, y la visión de la sociedad sobre el cabello afro.

Lush ha estado creando productos capilares innovadores desde que comenzó sus andanzas con la empresa Cosmetics To Go. Desde el shampoo sólido hasta los tratamientos capilares sólidos, las invenciones de Lush siempre han ido un paso por delante en la industria de la cosmética. Pero todavía faltaba algo: una rutina capilar completa para cabellos afro. Yo misma, que trabajo en Lush desde hace años, no terminaba de encontrar suficientes productos que pudieran satisfacer mis necesidades.

Entra en escena Sarah Sango, que tiene 19 años de experiencia y que tuvo unos comienzos modestos. Después de empezar a hacer tés y cafés en su primer trabajo en un salón en Brixton (Londres), Sarah se formó como peluquera y obtuvo varios títulos para el cuidado del cabello afro en mitad de su maternidad. Con el tiempo, construyó una base de clientes y creó su propia marca. Antes de que se diera cuenta, estaba recorriendo las Semanas de la Moda y tomando la delantera en la peluquería afro.

«Muchas de las modelos negras se sorprendieron al ver que había una profesional para peinarlas. Están acostumbradas a que les digan que se arreglen el pelo ellas mismas o a que simplemente les rocíen el cabello con algún spray. Estar allí fue satisfactorio, pero también fue bastante molesto comprobar que no les ofrecían el mismo tiempo que a las modelos blancas», explica Sango.

Sarah también es mi prima. Recuerdo que cuando éramos pequeñas quedábamos, junto a su hermana Renée, para arreglarnos el cabello y hacernos unas trenzas los domingos. Así, nuestro pelo estaba listo para el resto de la semana escolar. Estos peinados nos llevaban todo el día y Sarah lloraba y batallaba con su madre durante todo el proceso. Y así era como los lunes por la tarde volvía a casa sin las trenzas: «Solía ver a las niñas blancas corriendo por el patio con el pelo al viento y quería que el mío también lo hiciera», dice Sarah. Como habrás podido adivinar, este comportamiento solía meterla en problemas.

Muchos años después, me encontré con Sarah en Brixton por casualidad y descubrí que era peluquera. ¡Qué suerte la mía! Me había pasado mucho tiempo descuidando mi pelo y quería un cambio. Fui a su peluquería para hacerme un tratamiento, cortarme el pelo y alisármelo. Ahora me tocaba a mí dejar mi pelo al viento. Todo esto mientras nos poníamos al día. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que crecimos en una época en la que lucir nuestro pelo en su forma natural no estaba bien visto. Incluso al final de la adolescencia y al principio de la veintena, elegíamos alisarlo en un intento de parecer “más profesionales” y vernos “más guapas”.

Desde ese día, solo he dejado que me peine Sarah. Y hemos experimentado un montón: he llevado flequillo; he lucido un tinte azul intenso y reflejos rubios; y le he permitido que le diera un buen corte a mi cabello. A lo largo de los años hemos creado lazos afectivos muy fuertes, y ella me ha apoyado en muchas de mis declaraciones de intenciones más valientes. También a lo largo de estos años nos hemos decidido a dejar nuestro cabello crecer de forma natural, ¡y a celebrarlo!

En 2018, Lush contactó con Sarah en su búsqueda de una peluquera afro experimentada. La marca estaba creando el Hair Lab, un laboratorio dedicado al cabello y necesitaba una profesional innovadora para unirse a esta nueva aventura. Sarah se reunió con el inventor de productos Daniel Campbell y rápidamente quedó claro que había nacido una colaboración duradera. Así es como la experta se unió al equipo como consultora de Cabello Afro de Lush y se puso manos a la obra. Por supuesto, se tomó su papel muy en serio: «Soy capaz de aportar mi experiencia, crear un producto, y aportar el conocimiento que tengo sobre la cultura que hay detrás del cabello afro: cómo lo cuidamos y lo que significa para nosotras».

Así que, después de explorar y probar los productos que Lush ya tenía en sus estanterías, Sarah pudo entrar en el laboratorio con Daniel y decirle lo que faltaba: «Creo que dondequiera que vayas, debería haber productos disponibles para el cabello afro», defiende antes de añadir: «Es mi objetivo y mi responsabilidad asegurarme de que todas las personas puedan encontrar productos adecuados para ellas cuando vengan a Lush. No soy científica y no estoy realmente familiarizada con las fórmulas. Pero conozco los elementos e ingredientes esenciales que un producto necesita para cuidar el cabello afro».

Y así lo hizo.

Viendo los beneficios que el popular producto Avocado Co-Wash ya tenía para el cabello afro -con aguacate fresco rico en vitaminas y manteca de cacao hidratante-, Sarah pensó que lo ideal era crear una nueva versión libre de sulfatos: «Las magníficas infusiones de romero, lavanda y ortiga aseguran que el cabello y el cuero cabelludo sigan estando completamente limpios sin eliminar la hidratación natural del cabello afro».

Glory – antes conocido como J’s Mom’s Okra – contiene gel de okra, crema de coco, y aceite de ricino, que se combinan para hidratar en profundidad: «Tienes que tener cuidado al manejar el cabello afro, es muy delicado. Glory permite peinar el cabello de forma fácil sin riesgo de dañarlo”.

Power, que se lanzó como Hair Necessities, es genial para los cabellos tratados químicamente. Gracias al boniato, repleto de biotina, y al aceite de almendras, que aporta brillo, proteges el pelo tanto si lo alisas como si experimentas con la decoloración y el color: «Está lleno de proteínas que ayudan a reconstruir la estructura capilar, así que si has decidido tratar tu pelo químicamente, Power llevará ese elemento reparador a tu rutina”, explica Sarah.

Luego vienen los productos para el peinado capilar. Como el método LOC es una rutina básica para muchas personas con cabello afro, Sarah quería crear un trío de productos que pudiera ser utilizado por separado o combinado, tal y como explica: «El método L.O.C. -que son las siglas en inglés de líquido, aceite y crema- se utiliza para hidratar en profundidad y conseguir un pelo sano. Después de lavar el cabello, se aplica un producto líquido sin aclarado a base de agua. Después, se fija la hidratación con aceite y, por último, se utiliza una crema para definir y sellar”.

El spray acondicionador Super Milk se puede usar como primer paso del método LOC. Las leches de almendra, coco y avena proporcionan una profunda hidratación; mientras que el aceite de oliva virgen extra ayuda a fortalecer cada mechón. «Super Milk» es el primer ideal. Por sí solo, es un gran desenredante que protege el cabello del calor, y también lo prepara para cualquier otro producto que quieras usar», afirma la experta capilar.

Renee’s Shea Souffle, que se puede usar como segundo paso, ocupa un lugar especial en el corazón de Sarah. Este aceite para el cabello y el cuero cabelludo lleva el nombre de su hermana, ya que la fórmula está inspirada en una de sus recetas. Este producto es ligero, versátil y muy hidratante, gracias a la combinación de manteca de karité de comercio justo; aceites virgen extra de coco y ricino; y otros ingredientes acondicionadores.

Después de encontrar una receta en internet, Renée mezcló un poco de manteca de karité -que una amiga suya le trajo de Ghana- con aceites esenciales y creó un bálsamo para el cabello que compartió con amigos y familiares. Sarah lo usó en el cabello de sus hijos y le encantó que estuviera inspirado en la comunidad negra.

«Cuando llegué a Lush, instantáneamente pensé: ‘¡Lush necesita algo así!’ Quería usar la base de la receta de mi hermana porque, además de ser beneficiosa para el cabello, es genial para las raíces también. Y así fue como le pusimos el nombre de Renée. Tengo un hijo y dos hijas con texturas de cabello muy diferentes y funciona muy bien en todas ellas. Quiero que otras familias tengan un producto como este», pensó Sarah.

Y finalmente, está  Curl Power, un producto al que yo le puse el nombre. Sarah creó esta crema para todas aquellas personas que querían lucir su cabello de forma natural. La manteca de cacao y la melaza, ingredientes profundamente hidratantes, se unen al gel de linaza para aportar al pelo todo lo que necesita, incluido un montón de brillo.

«La sociedad y los medios de comunicación le dicen constantemente a la gente negra que su cabello en su estado natural no es lo suficientemente bonito o lo suficientemente profesional. Curl Power es el producto de acabado definitivo para cualquiera que se sienta con el poder de llevar su cabello tal y como es. Sin calor y sin químicos, simplemente en su forma natural», defiende Sarah.

Y esto no acaba aquí. Sarah continúa probando fórmulas secretas con la esperanza de hacer crecer la gama de cuidado afro. Puedes seguir sus andanzas en Instagram, donde también comparte un montón de información y consejos sobre cómo utilizar los productos de esta nueva gama.

 

Artículo escrito por Milla Alexander

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Descubre cómo se creó la gama de cuidado afro

Lush ha estado creando productos capilares innovadores desde que comenzó sus andanzas con la empresa Cosmetics To Go. Desde el shampoo sólido hasta los tratamientos capilares sólidos, las invenciones de Lush siempre han ido un paso por delante en la industria de la cosmética. Pero todavía faltaba algo: una rutina capilar completa para cabellos afro. Yo misma, que trabajo en Lush desde hace años, no terminaba de encontrar suficientes productos que pudieran satisfacer mis necesidades.

Entra en escena Sarah Sango, que tiene 19 años de experiencia y que tuvo unos comienzos modestos. Después de empezar a hacer tés y cafés en su primer trabajo en un salón en Brixton (Londres), Sarah se formó como peluquera y obtuvo varios títulos para el cuidado del cabello afro en mitad de su maternidad. Con el tiempo, construyó una base de clientes y creó su propia marca. Antes de que se diera cuenta, estaba recorriendo las Semanas de la Moda y tomando la delantera en la peluquería afro.

«Muchas de las modelos negras se sorprendieron al ver que había una profesional para peinarlas. Están acostumbradas a que les digan que se arreglen el pelo ellas mismas o a que simplemente les rocíen el cabello con algún spray. Estar allí fue satisfactorio, pero también fue bastante molesto comprobar que no les ofrecían el mismo tiempo que a las modelos blancas», explica Sango.

Sarah también es mi prima. Recuerdo que cuando éramos pequeñas quedábamos, junto a su hermana Renée, para arreglarnos el cabello y hacernos unas trenzas los domingos. Así, nuestro pelo estaba listo para el resto de la semana escolar. Estos peinados nos llevaban todo el día y Sarah lloraba y batallaba con su madre durante todo el proceso. Y así era como los lunes por la tarde volvía a casa sin las trenzas: «Solía ver a las niñas blancas corriendo por el patio con el pelo al viento y quería que el mío también lo hiciera», dice Sarah. Como habrás podido adivinar, este comportamiento solía meterla en problemas.

Muchos años después, me encontré con Sarah en Brixton por casualidad y descubrí que era peluquera. ¡Qué suerte la mía! Me había pasado mucho tiempo descuidando mi pelo y quería un cambio. Fui a su peluquería para hacerme un tratamiento, cortarme el pelo y alisármelo. Ahora me tocaba a mí dejar mi pelo al viento. Todo esto mientras nos poníamos al día. Cuando echo la vista atrás, me doy cuenta de que crecimos en una época en la que lucir nuestro pelo en su forma natural no estaba bien visto. Incluso al final de la adolescencia y al principio de la veintena, elegíamos alisarlo en un intento de parecer “más profesionales” y vernos “más guapas”.

Desde ese día, solo he dejado que me peine Sarah. Y hemos experimentado un montón: he llevado flequillo; he lucido un tinte azul intenso y reflejos rubios; y le he permitido que le diera un buen corte a mi cabello. A lo largo de los años hemos creado lazos afectivos muy fuertes, y ella me ha apoyado en muchas de mis declaraciones de intenciones más valientes. También a lo largo de estos años nos hemos decidido a dejar nuestro cabello crecer de forma natural, ¡y a celebrarlo!

En 2018, Lush contactó con Sarah en su búsqueda de una peluquera afro experimentada. La marca estaba creando el Hair Lab, un laboratorio dedicado al cabello y necesitaba una profesional innovadora para unirse a esta nueva aventura. Sarah se reunió con el inventor de productos Daniel Campbell y rápidamente quedó claro que había nacido una colaboración duradera. Así es como la experta se unió al equipo como consultora de Cabello Afro de Lush y se puso manos a la obra. Por supuesto, se tomó su papel muy en serio: «Soy capaz de aportar mi experiencia, crear un producto, y aportar el conocimiento que tengo sobre la cultura que hay detrás del cabello afro: cómo lo cuidamos y lo que significa para nosotras».

Así que, después de explorar y probar los productos que Lush ya tenía en sus estanterías, Sarah pudo entrar en el laboratorio con Daniel y decirle lo que faltaba: «Creo que dondequiera que vayas, debería haber productos disponibles para el cabello afro», defiende antes de añadir: «Es mi objetivo y mi responsabilidad asegurarme de que todas las personas puedan encontrar productos adecuados para ellas cuando vengan a Lush. No soy científica y no estoy realmente familiarizada con las fórmulas. Pero conozco los elementos e ingredientes esenciales que un producto necesita para cuidar el cabello afro».

Y así lo hizo.

Viendo los beneficios que el popular producto Avocado Co-Wash ya tenía para el cabello afro -con aguacate fresco rico en vitaminas y manteca de cacao hidratante-, Sarah pensó que lo ideal era crear una nueva versión libre de sulfatos: «Las magníficas infusiones de romero, lavanda y ortiga aseguran que el cabello y el cuero cabelludo sigan estando completamente limpios sin eliminar la hidratación natural del cabello afro».

Glory – antes conocido como J’s Mom’s Okra – contiene gel de okra, crema de coco, y aceite de ricino, que se combinan para hidratar en profundidad: «Tienes que tener cuidado al manejar el cabello afro, es muy delicado. Glory permite peinar el cabello de forma fácil sin riesgo de dañarlo”.

Power, que se lanzó como Hair Necessities, es genial para los cabellos tratados químicamente. Gracias al boniato, repleto de biotina, y al aceite de almendras, que aporta brillo, proteges el pelo tanto si lo alisas como si experimentas con la decoloración y el color: «Está lleno de proteínas que ayudan a reconstruir la estructura capilar, así que si has decidido tratar tu pelo químicamente, Power llevará ese elemento reparador a tu rutina”, explica Sarah.

Luego vienen los productos para el peinado capilar. Como el método LOC es una rutina básica para muchas personas con cabello afro, Sarah quería crear un trío de productos que pudiera ser utilizado por separado o combinado, tal y como explica: «El método L.O.C. -que son las siglas en inglés de líquido, aceite y crema- se utiliza para hidratar en profundidad y conseguir un pelo sano. Después de lavar el cabello, se aplica un producto líquido sin aclarado a base de agua. Después, se fija la hidratación con aceite y, por último, se utiliza una crema para definir y sellar”.

El spray acondicionador Super Milk se puede usar como primer paso del método LOC. Las leches de almendra, coco y avena proporcionan una profunda hidratación; mientras que el aceite de oliva virgen extra ayuda a fortalecer cada mechón. «Super Milk» es el primer ideal. Por sí solo, es un gran desenredante que protege el cabello del calor, y también lo prepara para cualquier otro producto que quieras usar», afirma la experta capilar.

Renee’s Shea Souffle, que se puede usar como segundo paso, ocupa un lugar especial en el corazón de Sarah. Este aceite para el cabello y el cuero cabelludo lleva el nombre de su hermana, ya que la fórmula está inspirada en una de sus recetas. Este producto es ligero, versátil y muy hidratante, gracias a la combinación de manteca de karité de comercio justo; aceites virgen extra de coco y ricino; y otros ingredientes acondicionadores.

Después de encontrar una receta en internet, Renée mezcló un poco de manteca de karité -que una amiga suya le trajo de Ghana- con aceites esenciales y creó un bálsamo para el cabello que compartió con amigos y familiares. Sarah lo usó en el cabello de sus hijos y le encantó que estuviera inspirado en la comunidad negra.

«Cuando llegué a Lush, instantáneamente pensé: ‘¡Lush necesita algo así!’ Quería usar la base de la receta de mi hermana porque, además de ser beneficiosa para el cabello, es genial para las raíces también. Y así fue como le pusimos el nombre de Renée. Tengo un hijo y dos hijas con texturas de cabello muy diferentes y funciona muy bien en todas ellas. Quiero que otras familias tengan un producto como este», pensó Sarah.

Y finalmente, está  Curl Power, un producto al que yo le puse el nombre. Sarah creó esta crema para todas aquellas personas que querían lucir su cabello de forma natural. La manteca de cacao y la melaza, ingredientes profundamente hidratantes, se unen al gel de linaza para aportar al pelo todo lo que necesita, incluido un montón de brillo.

«La sociedad y los medios de comunicación le dicen constantemente a la gente negra que su cabello en su estado natural no es lo suficientemente bonito o lo suficientemente profesional. Curl Power es el producto de acabado definitivo para cualquiera que se sienta con el poder de llevar su cabello tal y como es. Sin calor y sin químicos, simplemente en su forma natural», defiende Sarah.

Y esto no acaba aquí. Sarah continúa probando fórmulas secretas con la esperanza de hacer crecer la gama de cuidado afro. Puedes seguir sus andanzas en Instagram, donde también comparte un montón de información y consejos sobre cómo utilizar los productos de esta nueva gama.

 

Artículo escrito por Milla Alexander

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