¿Cuál es el mejor acondicionador para mi pelo?

Lo primero es lo primero, por eso, entender mejor cómo funcionan los acondicionadores y por qué se usan te ayudará a encontrar el que mejor se ajusta a tus necesidades. La versión corta es que la superficie del pelo tiene de forma natural carga negativa, que se enmascara con la producción de sebo natural. El shampoo tiene surfactantes para crear una emulsión con este aceite del pelo, que ayuda a empujarlo hasta el final de cada mechón, dejándolo perfectamente limpio.

Al revelar la carga negativa, se levantan las cutículas del cabello y ahí es donde entran en juego los acondicionadores, que tienen surfactantes con carga positiva, lo que significa que se unen a la carga negativa del pelo recién lavado con shampoo, alisando las cutículas y creando ese efecto de suavidad que tanto nos gusta.

Además de asegurar un tacto sedoso después del shampoo, los acondicionadores previenen la rotura del cabello, protegiéndolo de los daños ambientales y el calor de planchas y secadores. El sebo natural del cabello, que produce la raíz, es el que se encarga de mantenerlo hidratado y, como no es fácil que llegue hasta las puntas, el acondicionador se debe poner al final de la melena.

Teniendo en cuenta cómo funcionan estos guardianes del pelo, ahora hay que pensar también en otros factores que entran en juego, como la caída natural del pelo, la dureza del agua y los diferentes usos que puedes darle a un mismo producto. El último paso será decidir qué estilo quieres darle a tu melena, tal y como explica el científico cosmético e inventor de productos Daniel Campbell:

“Si tu pelo es fino y quieres darle algo de volumen, tienes que elegir un acondicionador que no tenga demasiada afinidad con las cutículas del cabello, para que no las aplane. Sin embargo, si lo que buscas es un pelo suave y liso, y tu pelo es grueso, sí que debes optar por un producto que tenga una mayor afinidad con las cutículas del pelo”.

Con la información en la mano, escoge el acondicionador que mejor se ajuste a las necesidades de tu pelo.

¿Pelo fino?

Veganese es un acondicionador ultraligero sin aceite con un aroma estimulante y cítrico. Lo recomendamos especialmente para personas con cabello bastante fino, o que deseen dar más volumen y brillo a su cabello. El gel de agar-agar derivado de las algas forma una película hidratante sobre el cabello sin apelmazarlo; El limón aplana las cutículas para que reflejen mejor la luz, optimizando así el brillo y la suavidad del cabello. Este excelente acondicionador de limón también te ayuda a retener la humedad para un resultado aún más suave.

Cabellos tratados químicamente

También los cabellos tratados químicamente, necesitan un extra de regaloneo, y es fácil entender por qué. El pelo está formado por tres capas: la cutícula externa, una capa intermedia llamada corteza y la médula interna. Estas capas protegen el cabello y determinan su fuerza y color.

Cuando hablamos de tintes sintéticos, es la corteza en la que nos interesa centrarnos, esta capa contiene un pigmento natural llamado melanina, que determina el color natural del cabello. Para alterar este tono, los tintes sintéticos deben abrir un poco la cutícula para penetrar en la corteza y cambiar el pigmento. El esfuerzo que hace el aceite natural de tu cabello, el sebo, por atravesar la cutícula, resulta en un pelo más seco y quebradizo de lo normal.

Una opción muy nutritiva es Candy Rain, un acondicionador ideal para cabellos sedientos de hidratación. Este salvador está cargado de una cantidad indecente de ingredientes nutritivos, como los aceites de nuez de macadamia y de Brasil, que se unen a la crema de coco para formar un trío tropical suavizante. Esta tormenta perfecta de hidratación tiene también agua de lluvia, que ayuda a suavizar la melena. El aroma a tonka y cacao de esta delicia caramelizada conseguirá que tu pelo vuelva a ver la luz (y a reflejarla, claro).

Rizando el rizo

El cabello rizado, al hacer movimientos giratorios, no permite que el sebo se distribuya por la melena con facilidad, por lo que no llega hasta las puntas. Esto lo hace más propenso a la rotura y la sequedad, algo que se intensifica en las melenas afro, que requieren un cuidado especial y un extra de humedad para mantenerse flexibles y acondicionadas, además necesitan peines y cepillos específicos para mitigar la rotura.

Está claro, ¿no?, ¡esos rizos no se van a cuidar solos! Deja tu cabello en las manos expertas de Glory, Un acondicionador hidratante cargado de ingredientes ultra nutritivos, perfecto para hidratar intensamente los cabellos rizados, afro y sometidos a tratamientos con calor.. Esta fórmula deliciosamente cremosa está inspirada en una receta casera en la que se utiliza la okra fresca hervida para suavizar la melena y acabar con el encrespado. Además, entre sus ingredientes tiene también aceite de ricino y oliva, ricos en ácidos grasos, que son humectantes naturales que suavizan y añaden brillo. Apunta este truco: si quieres conseguir un extra de definición, deja un poco de producto en el pelo.

El poder de una buena cerveza
Un acondicionador sólido que deja a su paso una reconfortante fragancia de mirra y vainilla, y es perfecto para los cabellos que prefieren fórmulas más ligeras. The Golden Cap da fuerza a la superficie del cabello con cerveza negra vegana, aporta brillo con decocción de melisa, también conocida como bálsamo de limón y se lo quita todo para no dejar residuos a su paso. ¡Toda una apuesta sólida!

¿Tu pelo está muy necesitado?

Los cabellos gruesos también necesitan mucho cariño, su estructura impide que el sebo llegue hasta las puntas y que la melena quede hidratada de forma natural. Además, al tener más proteínas en la cutícula, atrae y retiene más agua del ambiente, tendiendo a encresparse con facilidad. Lo más importante es hidratarlo, si el pelo tiene suficiente hidratación, no tendrá que buscarla fuera. Por eso, necesitará un acondicionador intenso, cargado de ingrediente nutritivos, que sea capaz de ir un paso más allá.

Rico en vitamina E, el aceite de oliva protector de Retread ayuda a retener la humedad en el cabello, previene la rotura y lo suaviza. Su ligera combinación fortalece y da brillo, gracias a los aceites de aguacate y jojoba, que recubren ligeramente el tallo del cabello para obtener un resultado sedoso y más manejable. Como una parada en boxes, el acondicionador Retread es la fórmula #1 para saciar la sed del cabello sediento y conservar todo su volumen.

Power es un acondicionador para pelo rizado, repleto de una cantidad indecente de ingredientes hidratantes, fortalece el cabello y lo protege del calor… Déjalo todo en manos del boniato, un carbohidrato acondicionador repleto de proteínas, que ayuda a sellar las puntas abiertas, en una fórmula aderezada por la cálida fragancia del arce. ¡Por fin lo has encontrado!

La rutina que te ayuda a dormir bien

Y no pienses que es un mal que te afecta solo a ti. De acuerdo a información proporcionada por la Sociedad Chilena de Medicina de Sueño (SOCHIMES), el 80 por ciento de la población no duerme las horas recomendadas, menos del 30 por ciento tiene horario fijo para dormir y, en el mundo, solo un tercio de la población busca ayuda con un especialista cuando duerme mal, lo cual es bastante bajo, considerando que dormir poco no es el único problema, sino que la calidad del sueño también cuenta*.

Los malos hábitos de sueño causan cambios de humor, problemas de concentración en el trabajo y afectan a la salud. Para ayudarte a dormir mejor no podemos impedir que te sobresaltes con tus propios ronquidos, pero sí podemos darte una serie de consejos que te ayudarán a dormir a pierna suelta.

Un buen baño

Un baño caliente lo cura todo. Lo ideal es dos horas antes de ir a dormir y esto tiene su explicación. La temperatura corporal baja durante un baño caliente, justo lo mismo que ocurre de forma natural cuando nos quedamos dormimos.

“Sin duda, es lo mejor para un buen sueño reparador porque, además, relaja los músculos y ayuda a conectar mente y cuerpo”, explica Emma Logan, masajista de Lush Spa.

Prueba con un masaje facial

A lo largo del día los músculos de la cara se van tensando, por eso, un masaje facial es ideal para relajar el rostro. Además, favorece el flujo sanguíneo y proporciona un mejor aspecto.

“Masajear la cara es fenomenal para destensar los músculos, despejar los senos nasales y aliviar el dolor de cabeza. También es importante porque la piel pone en marcha todos sus mecanismos para renovar las células durante la noche. Cualquier producto que utilices durante ese proceso ayuda también a reparar y renovar”, cuenta Emma.

Por eso, usar productos aromáticos puede aumentar los beneficios del masaje. “Los aceites de ylang ylang, lavanda, camomila y sándalo ayudan al sueño y a la relajación. Así que recuerda buscar esos ingredientes en los productos que vayas a usar para dormir mejor”.

Y respira…

Perfumar la piel y la habitación antes de ir a dormir es el ritual perfecto para crear una atmósfera de paz. Hay algunas fragancias que son especialmente relajantes como el ylang ylang, el jazmín, la lavanda y la bergamota. Estos aceites esenciales ayudan a reducir el ritmo cardiaco, calmar el sistema nervioso, reducir la ansiedad y mejorar el ánimo. Rodéate de estos aromas y respira profundamente, antes de llegar a la tercera oveja ya estarás durmiendo.

Luces fuera

Además de seguir una rutina antes de ir a dormir, existen otras formas de convertir nuestro dormitorio en un templo del descanso, como decorarlo con plantas de las que limpian el aire o poner una iluminación más suave. También es recomendable evitar el uso de aparatos electrónicos en la cama e ir atenuando la luz, para que el cuerpo se vaya relajando.

¡Venga! No te duermas en los laureles y echa un vistazo a los productos Lush que tienen aceites esenciales y que seguro te ayudarán a dormir como un bebé.

(*) Información obtenida de DiarioUChile (https://radio.uchile.cl/2021/03/19/dia-internacional-del-sueno-la-importancia-del-buen-dormir-en-pandemia/)

Rutinas en un dos por tres para madres hasta la tusa

Si estás hasta la coronilla (y le has echado la llave a la puerta para no salir corriendo) solo hay una cosa que puedes hacer: soltarte la melena porque hay gestos pequeños, pero poderosos, que pueden sacudir la rutina, darle la vuelta a la tortilla y ¡ponerlo todo patas arriba! Aunque… si miras a tu alrededor esto es algo que ya puedes tachar de la lista.

Para el caos también hay solución, así que cierra la puerta y suéltate el moño, que vamos a darte tips para unas rutinas de cuidado express que te ayudarán a navegar estas aguas inciertas con un poco más de relajación.

No subestimes el poder del pelo limpio

Un buen día de pelo es… ¡un buen día al fin y al cabo! Estos shampoos saben muy bien qué hacer con la melena.  Estas apuestas sólidas están repletas de ingredientes naturales y aceites esenciales, concentran tres botellas de 250g de champú líquido. Cada pastilla dura entre 80 y 100 lavados (dependiendo del grosor, longitud y largo del pelo), pero son mucho más ligeras que un pote de shampoo convencional, por lo que no tendrás que pensar en comprar shampoo en mucho tiempo.

SÍ hay tiempo para eso

Llevas tiempo soñando con un baño calentito, una manta de burbujas y una copa de vino. ¡SOÑADO! Puede que el tiempo sea un poco limitado para un baño sin prisas en tiempos de cuarentena (teletrabajo, casa, niños, mascotas y todo lo demás), pero no para los geles de ducha. Imagínalo, entras en la ducha con tu gel favorito, mientras te dejas envolver por su aroma para luego salir con otro estado de ánimo, ¡en un dos por tres!

Vamos a la playa, calienta el sol

De fondo suena… Vamos pa’ la playa, pa’ curarte el alma y en el ambiente flota Big, porque si hay algo que tiene el poder de cambiarlo todo en un solo instante es el olfato, uno de los sentidos más poderosos. Siempre que percibes una fragancia o un olor, hay una respuesta emocional inmediata. Así que, recuerda: si puedes olerlo, ¡puedes hacerlo! Un día de campo o un paseo en primavera. Piensa en lo que más te relaja, visualízalo y ármate con tu spray corporal favorito, ¡porque nos vamos de aquí!

Hay un mensaje (secreto) para ti

Toma todos tus botes Lush, seguro que tienes algunos a medias y otros vacíos para reciclar. Lo dicho, toma todos tus potes y levanta el sticker de la carita de quién lo ha hecho: allí encontrarás un mensaje secreto que te va a sacar una sonrisa seguro.

Hay un masaje para ti

¿Necesitas 5 minutos de tranquilidad para hacer algo de trabajo? ¡Las barritas de masaje pueden convertirse en tus mejores aliadas! Cuando se derriten entre las manos crean una mezcla de aceites perfecta para masajear el cuerpo después del baño. Elige Therapy, por su combinación calmante de nerolí y lavanda, y convierte la hora de la siesta en el momento de relax de los peques (¡y también tuyo!). Lo mejor es que puede convertirse en una rutina calmante también para ti si les enseñas cómo usar estas barritas que son puro amor para la piel. En cuanto le tomen ritmo… el masaje será mutuo.

La increíble Hulk 

Hablando de esos 5 minutitos de tranquilidad, ¡no todo va a ser trabajo! Si tu piel necesita un poco de atención, y no se ha comportado durante esta cuarentena, aprovecha ese tiempo para utilizar la mascarilla facial y corporal Mask of Magnaminty. Extiéndela por el rostro -al más puro estilo Fiona de Shrek- y permite así que equilibre la piel (además del ánimo) con ingredientes tan estimulantes como la menta, la caléndula y la clorofila.

La artillería pesada

Ya sabes lo que dicen… ante situaciones desesperadas, ¡labios rojos! Había que sacar la artillería pesada, y se hizo. El rojo te queda de lujo y te hace sentir aún mejor, por eso, no dejes de usarlo para pasear por el balcón, para el aplauso de las 8 o la compra semanal. No hay una rutina más rápida, ni más efectiva que la de pintarte los morros de rojo. Y quién diga lo contrario miente.

Prueba todos estos truquitos y rutinas express y comparte tu experiencia en redes con el hashtag #BienestarLush, queremos escuchar todas tus historias.

ADVERTENCIA: Lush no se hace responsable de los efectos de combinar el pelo recién lavado y los labios rojos.

La historia de la regeneración para Lush

Todo empezó con una pregunta: ¿Y si la sostenibilidad no fuera suficiente?

Eso es lo que se me vino a la mente cuando regresé al Reino Unido, después de visitar Sumatra, Indonesia. Allí pude ver el impacto del aceite de palma, una planta no nativa que se usa para todo: desde los dulces hasta la gasolina. Un árbol milagroso, si no fuera porque para plantarlo hay que arrasar el bosque virgen.

En Singapur asistí a una conferencia que celebró la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO, por sus siglas en inglés), una organización que agrupa empresas y asociaciones sin ánimo de lucro que debaten sobre cómo hacer la palma sostenible y me sentí completamente decepcionado.

He visto con mis propios ojos el impacto que tiene esta palmera sobre el paisaje, la inconcebible cantidad de tierra que se erosiona y se quema para plantar hileras ordenadas de palma, que sustituyen a la selva nativa, donde antes había especies raras de aves, como los cálaos; también, los árboles más biodiversos del planeta, que ahora han desaparecido y con ellos, los elefantes y rinocerontes salvajes que buscaban comida debajo; así como los orangutanes, que ya no saltan de rama en rama. Los cultivos de palma de un solo uso ocupan ahora este paisaje.

Si a ese panorama se le podía llamar “sostenible” entonces estaba claro que lo íbamos a perder todo. Así que algo empezó a crecer en mi mente.

Por supuesto, es fácil tomar esa postura desde un país, una industria y un punto de vista privilegiados. Por eso, y casi de inmediato, comencé a escuchar los desplantes: «Pero eres del Reino Unido, allí cortáis los bosques para vuestro propio beneficio y ahora nos estáis impidiendo hacer lo mismo» o «trabajas en un negocio, sabes que no es tan simple, necesitamos ganar dinero”.

Durante algún tiempo, estos comentarios me paralizaban: ¿Quién era yo para juzgar las acciones de otros y su forma de vida? O, como papá (Mark Constantine, cofundador de Lush) siempre dice: “Nunca rompas el bol de arroz de otra persona”, así que decidí entender la situación lo mejor posible y aprender sobre la marcha.

No sabría decir con qué experiencia he aprendido más. Puede que haya sido el hecho de conocer a las personas que viven en el abrasador Sahara, en el norte de Ghana o en el sur de Marruecos, debido al cambio climático; presenciar la tala ilegal de árboles en la Amazonía peruana; o escuchar el impacto que tiene la colonización en las personas indígenas de Australia y Canadá. Una lista que sigue y sigue.

Un buen día conocí a un amigo que lo cambió todo, Paulo Mellett. Llegó a la empresa a través del amor y la pasión, y aquí conoció a la que pronto se convertiría en su esposa, Ruth. Con algunas cicatrices de guerra, acababa de salir del campamento de guerreros ecológicos, donde Greenpeace lo había entrenado para escalar centrales eléctricas de carbón.

En la cima de su carrera como activista, Paulo apareció en la portada de un periódico nacional, ondeando una bandera sobre las Casas del Parlamento de Londres. Era una persona carismática por naturaleza (tal y como lo imaginas) y tenía un gancho que no lo tenía nadie.

Paulo fue bastante claro sobre una cosa: el activismo nunca iba a cambiar el mundo sin un factor clave y, para explicarlo, citó a Buckminster Fuller: «Para hacer que el sistema se quede obsoleto, hay que reemplazarlo por uno nuevo».

A partir de ahí, dejó las acciones directas y se centró en construir soluciones, en vez de luchar contra los problemas.

Paulo se enfocó entonces en la permacultura, un movimiento que nació en 1970, década en la que se produjo el despertar de la conciencia ecológica mundial. Dos australianos decidieron fusionar sus conocimientos con el saber local, la ciencia moderna y la agricultura para crear una ciencia llamada agricultura permanente.

La permacultura ha sufrido muchas reinvenciones, pero en el fondo se trata de un manual de diseño que explica cómo aprovechar el poder y los patrones de la naturaleza en beneficio de la agricultura; así, es posible conseguir un uso mucho más sensato de los recursos de la Tierra. Esta ciencia que fue una unión de lo antiguo y lo moderno, nació con la observación. Así es como me lo vendió Paulo, con quien me embarqué en un viaje de descubrimiento poco después; solía llamarme su facilitador.

Juntos reunimos una pequeña cantidad de dinero para poder buscar y financiar a aquellos que querían vivir con la naturaleza, y no solo de ella. El proyecto era idealista y los primeros años fueron emocionantes, ya que creamos el fondo Sustainable Lush (SLush). Sin embargo, una vez más, habíamos caído en la trampa de usar el término «sostenibilidad», cuando en realidad asistíamos a la restauración y regeneración de los sistemas ecológicos y sociales, lo que se traducía en una mayor prosperidad para todos. Satish Kumar, ecologista y editor de la revista Resurgence, solía describir la regeneración como:

Un juego armónico de “tierra, alma y sociedad” (Soil, Soul and Society), que se entrelazan para crear un futuro equilibrado.

Mientras Paulo y yo continuábamos explorando SLush, comprobé de primera mano que con el uso adecuado de la tierra, incluso los ríos al borde de la sequía pueden recuperarse, solo hay que plantar, de forma cuidadosa, árboles nativos (que estabilizan las riberas y ralentizan la liberación de agua a las corrientes). También vi que plantando cultivos de manera que se respete la naturaleza, te beneficias de lo mismo que hace un bosque; y, más allá de conseguir temperaturas y precipitaciones uniformes, estás poniendo los cimientos de la fertilidad y la biodiversidad.

He visto bosques que producen más alimento que una cosecha solitaria cocinándose bajo el sol. Por supuesto, todo fue un proyecto experimental y no todo lo que Paulo y yo esperábamos que pasase se hizo (o se ha hecho) realidad, pero esto era nuestra razón de ser y lo sigue siendo, el soplo de inspiración que nos llevó a buscar más allá de la sostenibilidad, que fluye a través de los esfuerzos de los demás y que nos acercó a nuestro objetivo final: convertirnos en una empresa que intenta hacer del mundo un sitio mejor.

La ilusión de Paulo se truncó en Ghana, donde enfermó de malaria cuando experimentaba con terraplenes y presas, y cinco meses después murió en Brasil por complicaciones. Sin embargo, sus lecciones no se han quedado solo en eso; aunque idealistas, la mayoría se ha hecho (o se harán) realidad.

Lo más difícil de conseguir en el siglo XXI es una sociedad que no requiera la destrucción total del mundo a su alrededor para sustentarse. Hemos visto muchos proyectos que proporcionan ingresos económicos, medios de vida y un beneficio continuo a las personas y al ecosistema.

Cuando Paulo y yo conocimos a Gregory Landua, de Terra Genesis International (un equipo de asesores en permacultura), en San Francisco, nos dijo que había un nuevo término que definía bien de lo que hablábamos: “regeneración”. El concepto encajaba muy bien en la pregunta que rondaba nuestras cabezas: ¿es suficiente la sostenibilidad? Así que empezamos a usarlo para ampliar el concepto de permacultura, con el que la gente se sentía confundida o desorientada.

A partir de este punto, empezamos a pensar en cómo podíamos llevar el proyecto más allá del grupo de personas al que apoyábamos, para que pasase a toda la estructura comercial y tuviera así un mayor alcance.

Está claro que se trata de un proceso que avanza poco a poco. Sin embargo, el año pasado nuestros clientes compraron 100 hectáreas de plantación de palma en Sumatra, que ya han sido taladas. El proceso de restauración forestal ha comenzado en el 50% de la tierra, mientras que el otro 50% se destinará a la agrosilvicultura. En esta mitad se plantarán árboles y plantas de frutos comestibles, que actuarán como una forma más biodiversa de cultivar alimentos y generar ingresos para los agricultores que, engañados, se mudaron desde islas y pueblos vecinos para enriquecerse con el aceite de palma. Creo que este era el modelo que describió Paulo, para revivir los ecosistemas y sustentar a las personas en la próxima generación, la regeneración.

Ser sostenible, sostener, sugiere que la vida continúa a pesar de nosotros y nuestras acciones, pero regenerar ya es un marco de pensamiento totalmente nuevo. La regeneración significa que la vida prospera gracias a nosotros y con nosotros. Está la opción de forzar la situación para ir más allá de los patrones naturales y los límites de la vida hasta que, como los astronautas, que se quedan a la deriva en el espacio, sea demasiado tarde para salvarnos. O, existe una alternativa que es volver a abrirnos paso dentro de los límites para utilizar soluciones equilibradas y pragmáticas que permitan que la vida prospere.

Este es un problema de diseño y no de naturaleza humana. Hemos creado una sociedad desde nuestra imaginación e ingenio. Sin embargo, esa imaginación estaba mal informada y limitada. Ahora necesitamos una ‘actualización del sistema’, pero una importante, que permita los cambios necesarios y la regeneración puede jugar un papel fundamental en todo esto.

Me gusta imaginar un mundo en que las industrias surgen para limpiar los ríos y océanos, plantan bosques y nos permiten vivir en armonía con el mundo. Para mí lo demás no tiene sentido.

¿Es una idea utópica? Sí ¿deberíamos luchar por conseguirla de todas formas? Probablemente sí, porque… ¿Por qué no?

El Premio Lush Spring, organizado por Lush y la cooperativa Ethical Consumer Research Association, ofrece una dotación económica de 200.000 libras y otras actividades de apoyo, para ayudar a proyectos de todo el mundo que luchan por conseguir la regeneración ambiental y social.

Lo más difícil de conseguir en el siglo XXI es una sociedad que no requiera la destrucción total del mundo a su alrededor para sustentarse.

¡Ayúdanos, #SalvaRalph!

Humane Society International hizo el lanzamiento oficial del tan bullado cortometraje  «SAVE RALPH» con la ayuda de famosos artistas de Hollywood, que dieron a conocer el relato de Ralph el conejo, quien nos muestra lo que es un día en la vida al interior del laboratorio de pruebas.

La campaña #SalvaRalph busca terminar con estas crueles prácticas, abordando la experimentación cosmética desde el punto de vista de uno de estos conejos, así como Ralph existen muchos otros animales, que sufren en laboratorios mundialmente con prácticas que al día de hoy se encuentran obsoletas. El cortometraje busca prohibir la experimentación animal, lo que podrá lograr con la firma de la petición por parte de los espectadores. (Si quieres ser parte de esta linda campaña de HSI Global salva a Ralph firmando digitalmente aquí) HSI lidera de manera simultánea la lucha en esta materia por medio de esfuerzos legislativos en 16 países y regiones, incluidos Brasil, Canadá, Chile, México, Sudeste de Asia, Sudáfrica y Estados Unidos para que los consumidores puedan comprar productos de belleza y cuidado personal en cualquier parte del mundo, con la seguridad de que no sólo no fueron probados en animales sino que también la compra de los mismos no financia dichas pruebas de laboratorio. 

Únete a esta causa que nos involucra y en la que creemos firmemente, firma la petición para prohibir la experimentación con animales en Chile aquí.

Si quieres saber más sobre nuestra política Cruelty Free pincha aquí. #FightingAnimalTesting #SalvaRalph