Los protectores solares juegan un importante papel en la salud pública y pueden reducir el riesgo de quemaduras solares y cáncer de piel si se usan adecuadamente. No podemos bromear con su efectividad y seguridad y por eso los hemos sometido a diferentes análisis.

Testeando nuestros protectores solares

 

«No deberías tener nunca una sensación incómoda al comprar algo de Lush», dice Mark Constantine, cofundador de Lush. «Ofrecemos productos que tienen en cuenta la salud de la piel a largo plazo; van más allá de la apariencia del cutis. Llegar a una buena decisión en lo que se refiere a los productos de protección solar y de teñir el pelo supone hablar mucho, y se necesita predisposición para cambiar de opinión».

Testeado de los productos acabados: el comité de testeado de Lush

A finales de los 80, cuando Lush era todavía una marca de venta por correo que se llamaba Cosmetics To Go, nuestra primera gama de protección solar la testeamos en personas voluntarias cuando subieron al Kilimanjaro (entre las que se encontraba Rowena Bird, cofundadora de Lush). Fue una situación de testeo in situ bastante valiente; hoy en día hacemos las cosas un poco diferentes.

La coordinadora del testeo de productos de Lush, Jet Shears, explica: «Cada nuevo producto se testea en profundidad para asegurar que es efectivo y seguro a la hora de usarlo. Primero, son las propias personas que han inventado el producto las que lo prueban. Cuando están satisfechas, se pasa el producto al departamento de investigación y desarrollo y se fabrica una cantidad mayor para el comité de testeado». El comité cuenta con unas 350 personas voluntarias, todas completamente independientes de Lush, con una amplia variedad de tipos de piel, tonos de piel y necesidades. Se les envían productos y se les pide que los usen durante un periodo de tiempo relevante, normalmente de tres a cuatro semanas y, después, rellenan un cuestionario.

Dado que algunos protectores solares pueden dejar un tono blanco en las pieles más oscuras, también recogimos feedback de personas negras que trabajan en la empresa. Nos dieron una información valiosa sobre qué productos funcionaban para los diferentes tipos de pieles y qué brechas debíamos cubrir.

Testeado de los productos acabados: FPS y UVA

Todos los productos de protección solar han de testearse para evaluar la protección que ofrecen. Seguro que la has visto reflejada en los botes: el Factor de Protección Solar (FPS, o SPF en inglés) y/o el logo UVA. El FPS mide el alcance de la protección, mientras que el testeado UVA se centra en la amplitud de protección del espectro UVR.

Para evaluar estos dos parámetros, se testearon nuestros productos en personas voluntarias en un centro de New Jersey (Estados Unidos) donde no hay participación animal. También hemos estado trabajando con un laboratorio de Reino Unido para testear la gama de nuevos productos de protección solar.

Los niveles de FPS se presentan en números. Cuanto más alto es el número, más alta es la protección que puedes esperar si te aplicas el producto con la misma densidad con la que se testó (2 mg por cm² de piel). Es cierto que el FPS se interpreta normalmente como una forma de alargar el tiempo bajo el sol sin sufrir daños, pero es más exacto pensar en él como un sistema de ranking, porque en muchos casos aplicamos menos protección solar de la que testean los fabricantes. Si aplicas 2 mg por cm² de piel de un producto con FPS 15 te dará un 0,066 (1/15) de la exposición UVB que recibirías de otro modo.

Por último, el logo UVA te dice si tu protector solar también te ofrece una buena protección UVA, un tipo de rayo de sol que deja marcas poco visibles pero que también puede causar daños en el cuerpo. En la Unión Europea, el valor UVA debe ser superior a un tercio del valor FPS para que se permita que la marca utilice el logo en un protector solar.

Testeado de ingredientes individuales: toxicidad, sensibilidad y seguridad

Desde 2014, hemos estado usando los tres mismos filtros orgánicos UV, agentes de protección solar que absorben los rayos UV y protegen la piel de ellos. Nuestros inventores e inventoras seleccionaron el octylmethoxycinnamate (OMC), el octocrylene (OC) y el butyl methoxydibenzoylmethane (BMBM) por su largo historial de uso y por la gran cantidad de datos de ensayo que existen sobre ellos. Sin embargo, en las últimas décadas, algunas personas los han descrito como polémicos, pues ponían en entredicho su seguridad a largo plazo, sobre todo para la sensibilización cutánea y los riesgos de cáncer. Al escuchar esto, y al descubrir que los datos disponibles provenían de pruebas en animales, Lush decidió dejar de vender los productos en 2020 para profundizar en estos ingredientes.

Le pasaron la patata caliente a la Dra. Chloé Raffalli, la toxicóloga de Lush, que se encarga de evaluar la seguridad de los productos antes de que se vendan y de proporcionar datos que no hayan testeado en animales (disponibles o encargados por Lush a laboratorios colaboradores). «La mayoría de las empresas cosméticas siguen confiando en los datos históricos de animales», dice, «pese a las muchas pruebas que se oponen al testeado en animales, porque no es una ciencia satisfactoria y respetable que pueda proteger a las personas contra ingredientes perjudiciales».

Testeado in vitro con XCellR8

Para evaluar la seguridad de nuestros productos de protección solar, Chloé encargó dos análisis a XCellR8, un laboratorio con el que hemos estado trabajando durante años. «XCellR8 es el primer laboratorio 100 % libre de participación animal y usa solamente bioproductos humanos, lo que nos da datos obtenidos de forma ética y mucho más relevantes para la salud humana», explica Chloé.

Análisis de genotoxicidad: nuestros ingredientes se han testeado en células humanas y en tejido de epidermis humana reconstruido usando el test BlueScreen™. El laboratorio reproduce fielmente la exposición de nuestros organismos a ciertas sustancias. Incluso imita la actividad metabólica con enzimas (porque nuestro cuerpo puede ser muy bueno eliminando sustancias indeseadas). El laboratorio es capaz de testear diferentes tipos de genotoxinas: clastógenos, que dañan los cromosomas; anéugenos, que pueden alterar el número de cromosomas y mutágenos, que alteran el ADN. Una sustancia genotóxica daña el material genético de las células (ADN), y estos cambios tienen el potencial de llevar a un cáncer, por eso el análisis de la genotoxicidad es tan importante.

Sensibilización cutánea: una exposición repetida a una sustancia alérgena puede causar reacciones alérgicas en algunas personas. Puede parecer que todo está bien con el producto al principio; pero, una vez que te sensibilizas, es una condición para toda la vida que aparecerá cada vez que uses la sustancia. Por esta razón, la sensibilización es un dato importante a considerar cuando se evalúa el uso o la concentración de un ingrediente en un producto cosmético. Se emplea un método de testeado «dos de cada tres». Se llevan a cabo de dos a tres análisis; si dos fallan, se considera que el ingredientes es sensibilizante. XCellR8 hizo tres análisis diferentes: Direct Peptide Reactivity Assay (DPRA), KeratinoSens y h-CLAT. Cubren un amplio abanico de reacciones, desde la unión covalente de proteínas hasta la activación de queratinocitos y células dendríticas. El último paso de esta evaluación es establecer un Dermal Sensitisation Threshold (DST), que ayuda a determinar las cantidades seguras y de riesgo. Una puntuación baja de DST significa que, aunque un producto se haya calificado como «sensibilizante» en análisis previos, es probable que cause reacciones alérgicas adversas si se usa a un cierto nivel.

Valoración de seguridad interna

Con los resultados de XCellR8, Chloé Raffali llevó a cabo un examen de toxicidad sistémica, el paso final antes de volver a los inventores e inventoras con una valoración de seguridad.

La toxicidad sistémica se refiere a los efectos que se dan a cierta distancia del lugar de aplicación. Por ejemplo, los cosméticos que se aplican en la piel pueden afectar a otros organismos después de entrar en el torrente sanguíneo. Este parámetro de alta peligrosidad se tiene que estudiar en diferentes estadios.

Para evaluar la exposición del consumidor, se calcula una dosis de exposición sistémica (SED, por sus siglas en inglés: Systemic Exposure Dose) del ingrediente. La SED es la cantidad que se espera que entre en el torrente sanguíneo por kg de peso corporal de forma diaria. Se calcula con muchos parámetros en mente, principalmente ligados a la aplicación del producto (método, cantidad, frecuencia y superficie involucrada), el ratio medio de absorción de la piel, el peso medio de la población expuesta y la concentración del ingrediente en el producto final. En el caso de la protección solar, queríamos asegurarnos de que los ingredientes eran seguros para niños a partir de tres años. Por tanto, consideramos un peso corporal más bajo para calcular la dosis de exposición sistémica en comparación con las personas adultas.

Considerando la SED y los datos de uso histórico, se evaluó el efecto sistémico de los ingredientes, y se probó su seguridad para niños de más de tres años. Esto llevó a la decisión de relanzar nuestra gama de protección solar con seguridad.

«La información que nos ha proporcionado el trabajo de XCellR8 nos ha dado una guía respecto a los niveles de protección solar que podemos usar. Esto significa que ahora tenemos la seguridad de que estamos ofreciendo a nuestros clientes productos de protección solar que son lo suficientemente buenos para sus largas vidas». Helen Ambrosen.

 

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¿Quieres saber más sobre los filtros UV? Lee aquí.

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Testeando nuestros protectores solares

Testeando nuestros protectores solares

 

«No deberías tener nunca una sensación incómoda al comprar algo de Lush», dice Mark Constantine, cofundador de Lush. «Ofrecemos productos que tienen en cuenta la salud de la piel a largo plazo; van más allá de la apariencia del cutis. Llegar a una buena decisión en lo que se refiere a los productos de protección solar y de teñir el pelo supone hablar mucho, y se necesita predisposición para cambiar de opinión».

Testeado de los productos acabados: el comité de testeado de Lush

A finales de los 80, cuando Lush era todavía una marca de venta por correo que se llamaba Cosmetics To Go, nuestra primera gama de protección solar la testeamos en personas voluntarias cuando subieron al Kilimanjaro (entre las que se encontraba Rowena Bird, cofundadora de Lush). Fue una situación de testeo in situ bastante valiente; hoy en día hacemos las cosas un poco diferentes.

La coordinadora del testeo de productos de Lush, Jet Shears, explica: «Cada nuevo producto se testea en profundidad para asegurar que es efectivo y seguro a la hora de usarlo. Primero, son las propias personas que han inventado el producto las que lo prueban. Cuando están satisfechas, se pasa el producto al departamento de investigación y desarrollo y se fabrica una cantidad mayor para el comité de testeado». El comité cuenta con unas 350 personas voluntarias, todas completamente independientes de Lush, con una amplia variedad de tipos de piel, tonos de piel y necesidades. Se les envían productos y se les pide que los usen durante un periodo de tiempo relevante, normalmente de tres a cuatro semanas y, después, rellenan un cuestionario.

Dado que algunos protectores solares pueden dejar un tono blanco en las pieles más oscuras, también recogimos feedback de personas negras que trabajan en la empresa. Nos dieron una información valiosa sobre qué productos funcionaban para los diferentes tipos de pieles y qué brechas debíamos cubrir.

Testeado de los productos acabados: FPS y UVA

Todos los productos de protección solar han de testearse para evaluar la protección que ofrecen. Seguro que la has visto reflejada en los botes: el Factor de Protección Solar (FPS, o SPF en inglés) y/o el logo UVA. El FPS mide el alcance de la protección, mientras que el testeado UVA se centra en la amplitud de protección del espectro UVR.

Para evaluar estos dos parámetros, se testearon nuestros productos en personas voluntarias en un centro de New Jersey (Estados Unidos) donde no hay participación animal. También hemos estado trabajando con un laboratorio de Reino Unido para testear la gama de nuevos productos de protección solar.

Los niveles de FPS se presentan en números. Cuanto más alto es el número, más alta es la protección que puedes esperar si te aplicas el producto con la misma densidad con la que se testó (2 mg por cm² de piel). Es cierto que el FPS se interpreta normalmente como una forma de alargar el tiempo bajo el sol sin sufrir daños, pero es más exacto pensar en él como un sistema de ranking, porque en muchos casos aplicamos menos protección solar de la que testean los fabricantes. Si aplicas 2 mg por cm² de piel de un producto con FPS 15 te dará un 0,066 (1/15) de la exposición UVB que recibirías de otro modo.

Por último, el logo UVA te dice si tu protector solar también te ofrece una buena protección UVA, un tipo de rayo de sol que deja marcas poco visibles pero que también puede causar daños en el cuerpo. En la Unión Europea, el valor UVA debe ser superior a un tercio del valor FPS para que se permita que la marca utilice el logo en un protector solar.

Testeado de ingredientes individuales: toxicidad, sensibilidad y seguridad

Desde 2014, hemos estado usando los tres mismos filtros orgánicos UV, agentes de protección solar que absorben los rayos UV y protegen la piel de ellos. Nuestros inventores e inventoras seleccionaron el octylmethoxycinnamate (OMC), el octocrylene (OC) y el butyl methoxydibenzoylmethane (BMBM) por su largo historial de uso y por la gran cantidad de datos de ensayo que existen sobre ellos. Sin embargo, en las últimas décadas, algunas personas los han descrito como polémicos, pues ponían en entredicho su seguridad a largo plazo, sobre todo para la sensibilización cutánea y los riesgos de cáncer. Al escuchar esto, y al descubrir que los datos disponibles provenían de pruebas en animales, Lush decidió dejar de vender los productos en 2020 para profundizar en estos ingredientes.

Le pasaron la patata caliente a la Dra. Chloé Raffalli, la toxicóloga de Lush, que se encarga de evaluar la seguridad de los productos antes de que se vendan y de proporcionar datos que no hayan testeado en animales (disponibles o encargados por Lush a laboratorios colaboradores). «La mayoría de las empresas cosméticas siguen confiando en los datos históricos de animales», dice, «pese a las muchas pruebas que se oponen al testeado en animales, porque no es una ciencia satisfactoria y respetable que pueda proteger a las personas contra ingredientes perjudiciales».

Testeado in vitro con XCellR8

Para evaluar la seguridad de nuestros productos de protección solar, Chloé encargó dos análisis a XCellR8, un laboratorio con el que hemos estado trabajando durante años. «XCellR8 es el primer laboratorio 100 % libre de participación animal y usa solamente bioproductos humanos, lo que nos da datos obtenidos de forma ética y mucho más relevantes para la salud humana», explica Chloé.

Análisis de genotoxicidad: nuestros ingredientes se han testeado en células humanas y en tejido de epidermis humana reconstruido usando el test BlueScreen™. El laboratorio reproduce fielmente la exposición de nuestros organismos a ciertas sustancias. Incluso imita la actividad metabólica con enzimas (porque nuestro cuerpo puede ser muy bueno eliminando sustancias indeseadas). El laboratorio es capaz de testear diferentes tipos de genotoxinas: clastógenos, que dañan los cromosomas; anéugenos, que pueden alterar el número de cromosomas y mutágenos, que alteran el ADN. Una sustancia genotóxica daña el material genético de las células (ADN), y estos cambios tienen el potencial de llevar a un cáncer, por eso el análisis de la genotoxicidad es tan importante.

Sensibilización cutánea: una exposición repetida a una sustancia alérgena puede causar reacciones alérgicas en algunas personas. Puede parecer que todo está bien con el producto al principio; pero, una vez que te sensibilizas, es una condición para toda la vida que aparecerá cada vez que uses la sustancia. Por esta razón, la sensibilización es un dato importante a considerar cuando se evalúa el uso o la concentración de un ingrediente en un producto cosmético. Se emplea un método de testeado «dos de cada tres». Se llevan a cabo de dos a tres análisis; si dos fallan, se considera que el ingredientes es sensibilizante. XCellR8 hizo tres análisis diferentes: Direct Peptide Reactivity Assay (DPRA), KeratinoSens y h-CLAT. Cubren un amplio abanico de reacciones, desde la unión covalente de proteínas hasta la activación de queratinocitos y células dendríticas. El último paso de esta evaluación es establecer un Dermal Sensitisation Threshold (DST), que ayuda a determinar las cantidades seguras y de riesgo. Una puntuación baja de DST significa que, aunque un producto se haya calificado como «sensibilizante» en análisis previos, es probable que cause reacciones alérgicas adversas si se usa a un cierto nivel.

Valoración de seguridad interna

Con los resultados de XCellR8, Chloé Raffali llevó a cabo un examen de toxicidad sistémica, el paso final antes de volver a los inventores e inventoras con una valoración de seguridad.

La toxicidad sistémica se refiere a los efectos que se dan a cierta distancia del lugar de aplicación. Por ejemplo, los cosméticos que se aplican en la piel pueden afectar a otros organismos después de entrar en el torrente sanguíneo. Este parámetro de alta peligrosidad se tiene que estudiar en diferentes estadios.

Para evaluar la exposición del consumidor, se calcula una dosis de exposición sistémica (SED, por sus siglas en inglés: Systemic Exposure Dose) del ingrediente. La SED es la cantidad que se espera que entre en el torrente sanguíneo por kg de peso corporal de forma diaria. Se calcula con muchos parámetros en mente, principalmente ligados a la aplicación del producto (método, cantidad, frecuencia y superficie involucrada), el ratio medio de absorción de la piel, el peso medio de la población expuesta y la concentración del ingrediente en el producto final. En el caso de la protección solar, queríamos asegurarnos de que los ingredientes eran seguros para niños a partir de tres años. Por tanto, consideramos un peso corporal más bajo para calcular la dosis de exposición sistémica en comparación con las personas adultas.

Considerando la SED y los datos de uso histórico, se evaluó el efecto sistémico de los ingredientes, y se probó su seguridad para niños de más de tres años. Esto llevó a la decisión de relanzar nuestra gama de protección solar con seguridad.

«La información que nos ha proporcionado el trabajo de XCellR8 nos ha dado una guía respecto a los niveles de protección solar que podemos usar. Esto significa que ahora tenemos la seguridad de que estamos ofreciendo a nuestros clientes productos de protección solar que son lo suficientemente buenos para sus largas vidas». Helen Ambrosen.

 

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